Una breve historia del Día de Acción de Gracias

El Día de Acción de Gracias es una hermosa celebración cristiana, que por tradición se ha convertido en una festividad en Estados Unidos y Canadá.   Sus orígenes se remontan al año 1621 (Grant Taylor, American English Reader, 1960), cuando los primeros colonos escogieron un día para dar gracias a Dios por las cosechas recibidas durante el año (https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-accion-gracias).  Se reunieron familiares y amigos para compartir una deliciosa cena, cuyo plato principal era el pavo, acompañado de productos obtenidos en la cosecha.    Con el pasar de los años, muchos países, incluyendo los de habla hispana, están participando de esta celebración, como un tiempo especial para compartir en familia, y juntos agradecer a Dios por sus bendiciones.

La Acción de Gracias proviene de la Biblia

            En la Biblia encontramos muchas referencias acerca de la acción de gracias.  Realmente, fue el mismo Dios que estableció esta acción.  En el libro de Levítico, Él ordenó que la ofrenda de paz, se presentara con acción de gracias (Lv. 7:11-13;22:29 RVR 1960).  La acción de gracias también forma parte de la alabanza y exaltación a Dios: En Nehemías 12:46 dice que había un director para los cánticos y alabanzas y acción de gracias a Dios.  El salmista expresó, «para exclamar con voz de acción de gracias y para contar todas sus maravillas», «entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza…» (Sal. 26:7, 100:4 RVR 1960).  El Apóstol Pablo también dijo que la acción de gracias debe abundar para la gloria de Dios; que no debemos estar afanosos por nada, sino que presentemos nuestras peticiones a Dios en toda oración y ruego con acción de gracias.  Enfatizó que toda oración debe estar acompañada con acción de gracias.     Por otra parte, el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis, concluyó diciendo que: «la bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén» (Ap. 7:12 RVR 1960).

            En conclusión, la acción de gracias debe ser una celebración diaria de cada cristiano; una actitud del corazón, que se manifieste en nuestra alabanza a Dios, en todo lo que hacemos y en cada oración que elevamos a Él.  

«Mantén siempre una actitud de acción de gracias a Dios»