Una mirada de amor y esperanza
En estos tiempos en que hay tantas noticias negativas y tristes a causa de la pandemia no podemos apartar nuestra mirada de Jesús. Debemos mantenernos aferrados y confiar que Él está con nosotros y que nunca nos abandonará. Si quitamos nuestra mirada de Jesús, vamos a dudar y a llenarnos de ansiedad y temor, como le sucedió al apóstol Pedro, cierta noche que estaban en la barca esperando a Jesús y le vieron caminar hacia ellos sobre las aguas. Entonces, Pedro le pidió a Jesús que le permitiera hacer lo mismo. Jesús lo hizo y Pedro empezó a caminar sobre el agua (Mt.14:22-30 RVR 1960)
Duda y temor
Pedro iba confiado en que Jesús le dijo: ven, camina sobre el mar. El confió y empezó a caminar. Sin embargo, en vez de seguir mirando a Jesús que lo esperaba a cierta distancia, puso su mirada en el viento que era fuerte y que elevaba las olas. Y lógicamente, al desenfocar su mirada, le sobrevino temor y angustia al sentir que se estaba hundiendo y que podía morir. Jesús entonces extendió su mano y le sostuvo, diciéndole: «hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mt. 14:31 RVR 1960)
Sobrepasa la duda y ansiedad con Jesús
Si quitamos nuestra mirada de Jesús, el miedo, la duda y la ansiedad se apoderarán de nosotros, y sentiremos que nos vamos a hundir. La única manera de mantenernos enfocados en Jesús es mediante la oración y la lectura de la palabra de Dios. La oración nos mantiene en íntima comunión con Dios, nos fortalece espiritualmente y nos da paz para seguir adelante. La palabra de Dios nos muestra cuál es su voluntad para nuestra vida, enriquece nuestra fe y conocemos las promesas de Dios para todos los que creen en Él y le obedecen.